Combustión Humana Espontánea: El Caso de Mary Reeser
La combustión humana espontánea (CHE) es uno de los fenómenos más desconcertantes y escalofriantes del mundo. Este extraño suceso implica la combustión repentina del cuerpo humano, reduciéndolo a cenizas sin ninguna llama externa visible. Los efectos pueden variar desde quemaduras menores y ampollas hasta la incineración completa, y curiosamente, el área circundante o los muebles a menudo permanecen intactos.
A lo largo de los años, se han documentado más de 200 casos de combustión humana espontánea en todo el mundo, cada uno sin una causa obvia. Pero quizás el caso más famoso y minuciosamente investigado es el de Mary Reeser.
Los Primeros Casos Registrados de CHE
El registro más antiguo y confiable de CHE se remonta a 1673, cuando un francés llamado Jonas Dupont publicó un libro titulado La Llama de la Combustión Humana. En él, compiló varios casos de combustión espontánea e intentó explicar este fenómeno. Dupont se inspiró en un caso que involucraba a Nicole Miller, donde un hombre fue absuelto después de que el tribunal concluyera que su esposa había muerto por CHE y no por un acto criminal.
El Caso de Patrick Rooney
Otro caso documentado ocurrió en 1885 cerca de Ottawa, Illinois. En la mañana de Navidad, el granjero Patrick Rooney y su esposa fueron encontrados muertos en su hogar. El cuerpo de Rooney fue encontrado sentado en una silla, mientras que los restos carbonizados de su esposa fueron descubiertos en el suelo, con solo unos pocos huesos restantes, incluyendo un cráneo y partes de la columna vertebral. Curiosamente, el suelo alrededor de ella no estaba dañado, e incluso los muebles cercanos permanecieron intactos. El médico forense, Floyd Clemens, testificó que este era un caso clásico de CHE.
Mary Reeser: El Caso Misterioso
En 1951, Mary Reeser, de 67 años, se convirtió en la víctima de uno de los casos más famosos de CHE. Residente de St. Petersburg, Florida, la muerte de Reeser intrigó y desconcertó a los investigadores durante años.
En la noche del 1 de julio de 1951, el hijo de Mary, Richard Reeser, visitó su apartamento. Recordó que ella llevaba un camisón de seda y zapatillas, y todo parecía normal cuando se fue. A la mañana siguiente, un empleado postal llegó con un telegrama para Mary, pero no recibió respuesta al tocar la puerta. La casera, la señora Pansy Carpenter, fue notificada y confirmó que no se había visto a Mary desde la noche anterior. Cuando finalmente se forzó la puerta, un calor sofocante recibió a quienes entraron.
Dentro del apartamento, una escena extraña los esperaba. Los muebles permanecían intactos, y sin embargo, en la esquina del baño, se encontró un montón de cenizas ennegrecidas. Los únicos restos de Mary eran una pierna izquierda, algunos dientes, fragmentos de columna vertebral y un cráneo que se había encogido de manera extraña. El reloj encontrado junto a los restos se había detenido a las 4:20 AM, la hora estimada de su muerte.
La Investigación de la Muerte de Mary Reeser
La policía realizó una investigación exhaustiva y no encontró signos de entrada forzada o robo, y no había sangre presente. El apartamento mostraba signos de calor intenso, con cera derretida y interruptores eléctricos retorcidos. Los expertos rápidamente se dieron cuenta de que para que el cuerpo humano se quemara tan completamente, se necesitarían temperaturas superiores a los 3,000 grados Fahrenheit. Este nivel de calor habría incendiado todo el edificio, pero la estructura del edificio permaneció intacta.
Una teoría que ganó fuerza fue la idea de la CHE. Sin embargo, también se consideró la posibilidad de un incendio accidental causado por un cigarrillo. Se especuló que Mary podría haberse quedado dormida mientras fumaba, y las llamas de su cigarrillo encendieron su camisón sintético altamente inflamable.
La Explicación Oficial
El FBI investigó el caso pero no encontró evidencia de rayos u otras causas de ignición. Teorizaron que el incendio probablemente fue causado por el cigarrillo de Mary, que, combinado con la grasa de su cuerpo, podría haber sostenido un fuego lento e interno. La investigación se cerró oficialmente, y se descartó la CHE.
El Misterio Permanece
A pesar de la explicación oficial, el antropólogo Wilton M. Krogman de la Universidad de Pennsylvania expresó dudas. Le resultaba difícil creer que un cuerpo humano pudiera quemarse tan completamente. Argumentó que tal fenómeno desafiaba la experiencia normal y era algo que nunca había encontrado antes.
Casi 70 años han pasado desde la misteriosa muerte de Mary Reeser, y hasta el día de hoy, la causa exacta sigue siendo desconocida. Algunas respuestas quizás nunca lleguen, y el caso de Mary Reeser sigue siendo uno de los misterios más desconcertantes en el ámbito de los fenómenos inexplicables.