Uno de los barcos fantasma más notables de la historia es el SS Baychimo, un carguero de acero de Suecia que vagó por las aguas de la costa de Alaska durante 38 años asombrosos sin tripulación. Este barco, con un peso de 1,322 toneladas, fue botado en 1914 bajo el nombre de Ångermanelfven, construido en el Astillero Lindholmens en Gotemburgo, Suecia.
El Nacimiento del SS Baychimo
Inicialmente, este carguero fue diseñado para servir en la ruta comercial del Báltico entre Hamburgo y Suecia. Era impulsado por un motor de vapor de triple expansión alimentado por carbón. La embarcación de 230 pies de largo podía alcanzar una velocidad máxima de 12 millas por hora. Sin embargo, su viaje tomaría un giro inesperado.
Después de que terminó la Primera Guerra Mundial, el barco fue transferido en 1921 a la Compañía de la Bahía de Hudson como parte de la compensación por las pérdidas de transporte durante la guerra. Fue renombrado como Baychimo. Pronto, se convirtió en una parte clave del comercio de pieles, viajando entre Canadá y varios puntos costeros. Cada verano, el barco transportaba tabaco, azúcar, té y armas a cambio de pieles.
El Gran Viaje Alrededor del Mundo
En 1924, el Baychimo completó una notable circunnavegación del globo. Continuó transportando pieles y mercancías hasta 1931. Ese año, mientras navegaba por las aguas heladas de la costa de Alaska, ocurrió un desastre. La tripulación quedó atrapada en el hielo después de completar su viaje comercial. Tuvieron que caminar media milla a través de la tierra congelada para llegar a Barrow, Alaska. Planeaban esperar a que el hielo se derritiera y luego reanudar su viaje.
Sin embargo, el hielo se volvió a congelar rápidamente, atrapando al Baychimo una vez más. Algunos miembros de la tripulación fueron evacuados en avión a un lugar seguro, mientras que unos pocos se quedaron para monitorear el barco, con la esperanza de regresar una vez que las condiciones mejoraran.
La Desaparición del Baychimo
El 24 de noviembre de 1931, las temperaturas subieron de menos 60°F a cero en solo unas pocas horas. Una feroz tormenta atrapó a la tripulación en sus refugios improvisados. Cuando la tormenta pasó, el Baychimo había desaparecido. Solo quedó una cresta de presión de hielo en su antiguo punto de amarre, lo que llevó a muchos a creer que se había hundido.
Unos días después, un cazador de focas inuit informó haber visto al Baychimo flotando libre del hielo, a unos 45 millas (72.4 kilómetros) de su ubicación original. Cuando el capitán Sydney Cornwall descubrió que el barco todavía estaba intacto, asumió que ya no era navegable. Retiró la carga y los bienes valiosos antes de abandonarlo. Sin embargo, la resistencia del barco superó las expectativas, y varios meses después, fue encontrado a la deriva 250 millas (402.3 kilómetros) hacia el este.
La Deriva Implacable del Barco Fantasma
En 1932, Leslie Melvin y su equipo de trineos de perros se encontraron con el Baychimo cerca de Nome, Alaska, donde parecía estar esperando a su tripulación. Este avistamiento espeluznante fue seguido por varios informes más de exploradores y comerciantes. En 1933, un grupo de esquimales abordó el barco pero quedó varado debido a una tormenta. Varios meses después, la Compañía de la Bahía de Hudson fue informada de que el Baychimo todavía estaba a flote. Sin embargo, lo descartaron como demasiado lejos para ser útil.
En los años siguientes, se hicieron varios intentos para abordar y recuperar el barco. En 1934, los exploradores intentaron alcanzarlo pero regresaron a su embarcación debido al hielo. Un año después, el barco fue avistado nuevamente frente a la costa noroeste de Alaska. En 1935, el capitán Hugh Paulson intentó salvar el barco pero fue frustrado por el hielo.
Los Últimos Avistamientos y el Misterio Continuo
En las décadas siguientes, surgieron numerosos informes sobre el paradero del barco. El último avistamiento registrado ocurrió en 1969 cuando estaba atrapado en el hielo del Mar de Chukchi. A pesar de una búsqueda dedicada por parte del gobierno de Alaska a principios de la década de 2000, que incluyó escaneos tanto de la superficie como del lecho marino, el Baychimo sigue desaparecido. Continúa su existencia misteriosa como el “Barco Fantasma del Ártico”.